sábado, 6 de enero de 2007

Sorpresas te da la vida...

Cada día tiene una sorpresa... Debo confesar que este último tiempo me han pasado cosas que nunca me imaginé que me pasarían. Cosas pequeñas, sin mucha importancia, cosas que no sé si recordaré en veinte años más, pero que me hacen feliz en el hoy y ahora.


Me he sentido muy sola, aunque estoy rodeada de gente maravillosa, que me alegra la vida, y la verdad no debería andarme quejando, pero muchas veces en la soledad de la noche debo encarame a mí misma y a veces lloro por las cicatrices que han quedado del pasado. Me pasa a menudo que aunque sé que tengo tantos temas superados en mi vida, a veces duelen, porque sí, las cicatrices si duelen y a veces me es inevitable poder controlar la angustía y melancolía. Debo aprender a ser fuerte, a ver tantas cosas como recuerdos que me hacen vivir el presente de una manera tanto más digna.


A veces siento escalofríos que me anuncian tantos misterios que han quedado inconclusos durante el trayecto de esta corta pero intensa vida. Sueño noche tras noche con el éxito, con elegir una buena carrera, con conocerme más a mí misma, pero lo que realmente me pregunto es ¿qué es el éxito? ¿es aparentar? ¿es encontrar la felicidad? ¿es estar en la cúspide? Muchas veces debo admitir que me he sentido una persona feliz, pero ¿cómo podría llegar a describirles mi perspectiva de la felicidad? porque si hay algo que me consta en esta vida es que las experiencias son personales y podemos vivirlas solo una vez y una vez vivida ¿cómo recordarla? Lo más triste es que con el trayecto de los años estas van lentamente pasando al olvido, y lo único tangible que refleja aquellos años pasados son las arrugas, que se apoderan de nuestros cuerpos y nos llevan a ser eventualmente más sabios. Deseo envejecer sana y feliz porque cumplí de alguna manera mis sueños y ellos vivirán perpetuamente en mi corazón.
Saludos multicolores...

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